En 1711 se publica en Inglaterra: «Propuesta para Humillar a España».
Un panfleto denigrante, con la intención de convencer a los inversionistas británicos del lucro que implicaba dividir sudamérica.
Básicamente dice, que separando la estructura minera (Perú y Alto Perú) de la estructura de carne vacuna (Pampas de Buenos Aires) y de la estructura de hierba mate (Paraguay), la producción armónica de una América del Sur minera y, consecuentemente,
industrial es imposible.
Toda esta estrategia se implementaría a través del Plan Operativo Británico de 1804 de Thomas Maitland (Plan Maitland), en el que será instruido, entre otros a San Martín.
La emancipación se pudo haber realizado de muchas maneras, pero los británicos impusieron la suya, facturaron e impusieron en tantos trozos como les fuera de su interés, generalmente un país par cada puerto marítimo.
Se llevaron a Londres todo el oro correspondiente a las haciendas virreinales, controlaron las economias y monopolizaron el comercio exterior.
Enfrentaron a los nuevos países unos contra otros, hermanos contra hermanos, por unas fronteras que nunca antes existieron, realizando el negocio redondo de vender las armas a ambos bandos.
Con todo el saqueo realizado, promocionaron su colonialismo por Asia y el Pacífico, por África y el Atlántico.
La participación de USA a petición de los Británicos, en la Primera Guerra Mundial, hizo que les cedieran a los estadounidenses, el control económico americano en compensación, al igual que hizo tras la Segunda Guerra Mundial, con todas sus posesiones y control comercial, en el Pacífico.
Entre anglosajones se repartieron el mundo hasta nuestros días.