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Extraordinaria aportación del Biólogo D. Fernando López-Mirones


[Reenviado de EL AULLIDO [CANAL] Fernando López-Mirones]
EL GRAN LOBO HISPANO.
Fernando López-Mirones.
(1/2)

De lo que muchos no se dan cuenta es de que estamos asistiendo a la caída de la hegemonía cultural angloparlante. Todos los imperios caen, pero justo antes dan los más destructivos coletazos.
La hispanosfera es admirada por China, por Rusia, por India, por los emiratos y países árabes, de Oriente Medio, etc. Pero en lugar de estar ayudando a la caída de los que nos destruyeron durante dos siglos por ser el
Imperio inmediatamente anterior, estamos como idiotas ayudándoles. Esto nos llevará a caer con ellos, y además, tras luchar como esclavos en su guerra.
España tiene fuertes vínculos culturales y de simpatía por todas partes. Nuestros hermanos hispanoamericanos, incluyendo a los que viven en Estados Unidos, cada vez más influyentes. Somos africanos también, parte de nuestro territorio está en ese continente, las Islas Canarias, Ceuta, Melilla y varios islotes son geográficamente africanos al cien por cien. Además de nuestros vínculos indiscutibles con el norte de África, con Guinea Ecuatorial y con el Sahara.
También tenemos extraordinarios vínculos culturales y genéticos con Oriente Medio, de dónde vinieron los fenicios directamente a Cádiz, y con los sefardíes que conservan su idioma hispano.
A la vez fuimos parte importantísima del Imperio Romano, con tres emperadores nacidos en Hispania y una influencia descomunal, la gente no es consciente de esto, equiparable a que un peruano hubiera sido Rey de España, lo cual hubiera ocurrido sin duda si nos hubieran dado tiempo.
Pero también somos oceánicos, descubrimos, exploramos y colonizamos el Pacífico. Las Islas Filipinas son hermanas, todo el océano fue parte de nosotros.
Las primeras relaciones comerciales y culturales con las culturas de lo que hoy son China y Japón fueron hechas por españoles y portugueses, que también fuimos lo mismo.
Desde Alaska a Patagonia, desde Etiopía a Filipinas.
Es bien conocido el inmenso respeto que nos tiene el pueblo chino, que nos visita con veneración tal que incluso organizan algunas de sus bodas en pueblos como Chinchón, cuyo nombre les suena tan familiar. Lo mismo ocurre con Japón, cuya tempura es una derivación de las frituras andaluzas que les enseñaron los misioneros españoles.
Igual ocurre con los rusos, un pueblo con el que un hispano conecta de inmediato, siempre me sorprendió que al conocer a un ruso parecemos hermanos por la admiración mutua de nuestras formas de ver la vida y acabamos inmersos en vodka abrazados.
Lo mismo veo con los polacos y con los escoceses, que nunca quisieron ser britanos.
Hay muchos otros ejemplos, como la unión de Europa Austral, termino que me inventé para hablar de esos pueblos que rodeamos el mar Mediterráneo a los que la anglosfera llama PIGS.
En definitiva, la Península Ibérica está literalmente en el centro del mundo, ningún otro lugar tiene tal privilegio geo estratégico y cultural.
Lo vi enseguida cuando estudié zoología, aquí se juntan animales africanos y euroasiaticos con otros de la taiga, solo aquí convergen todas las faunas y floras imaginables.
Asomados al océano Atlántico, con el cuello en Francia, la nuca en el Mediterráneo, la garganta en África y el corazón en América.
Con el idioma nativo más importante del mundo tras el mandarín, al cual llevan dos siglos tratando de aplastar sin conseguirlo.
Aún hoy, el español no está en las traducciones de miles de webs oficiales, las cuales sin embargo incluyen al francés, al alemán y al italiano, que comparados con el español son idiomas vestigiales. Incluso cuando compramos cosas cuyas instrucciones están antes en polaco que en español.
Pero no lo han conseguido, porque la Hispanidad es muy potente, es demasiada historia, fueron tres siglos desde los cuales solo han transcurrido dos.
Y además, somos la única cultura del mundo no ligada a ninguna raza concreta desde su inicio. En Estados Unidos no saben cómo catalogarnos porque hay hispanos de todos los tonos de piel imaginables y todos somos igual de auténticos desde hace siglos.


La practique usted o no, culturalmente, además, somos la quintaesencia cultural de la mayor religión del mundo, la cual, más allá de creencias personales de cada uno, constituye una forma de ver la vida, una manera de ser, un contenedor cultural descomunal que todos compartimos.
Somos tan potentes, tan importantes, tan influyentes, tan queridos… que es lógico que lo primero que quiso destruir el Nuevo Orden Mundial fue a la cultura Hispana con todo lo que supone.
Y mientras tanto, demasiados hermanos quieren ser estadounidenses, ingleses, australianos, porque les han robado la autoestima con el cine. La propaganda de la anglosfera la vimos en todo su esplendor en los recientes funerales de la reina masona de Reino Unido. Fue un descomunal spot publicitario de diez días en todas las televisiones del mundo.
¡Ay si los hispanos despertáramos y nos diéramos cuenta de lo grandes que somos!
Un enorme lobo dormido al que han convencido de que es un ratoncillo.
Ahora, en esta guerra mundial que puede acabar para siempre con la historia del mundo para reiniciarla a la dictadura de una élite de psicopatas, la Hispanidad es la única capaz de mover esas influencias y unirse a los enemigos de la anglosfera. Entre todos somos mucho más fuertes. Si dejáramos de tener síndrome de Estocolmo adorando a nuestros captores y despertáramos al lobo ibérico que es capaz de formar manada con la loba capitolina, los molosos griegos, el lobo estepario ruso, el chino, los chacales árabes, el indú y los jaguares americanos, todos estos angloparlantes de la Agenda 2030 no tienen nada que hacer contra nosotros si recobramos nuestra autoestima.
Pero tenemos un cuerpo diplomático capado, elegido para ser inoperante, igual que el Instituto Cervantes, regido por anglófilos confesos temerosos de ofender a sus héroes británicos.
Y le hablo a usted hermano argentino, hermano mexicano, colombiano, peruano, puertorriqueño, cubano, uruguayo, chileno, dominicano, venezolano, costarricense, estadounidense, guineano, filipino, sahariano…
¿Son ustedes conscientes de que somos mayoría, de que caemos bien a los no anglófilos y de que si nos unimos a los que nos admiran en lugar de hacerlo con los que nos envidian seríamos parte del nuevo orden en positivo?
Despertemos al Gran Lobo de la Hispanidad para enfrentarlo a los orcos globalitarios, ello depende de usted, de que se lo crea. Un aullido.